Una ruta creada conjuntamente con los estudiantes de Tecnología en Gastronomía del Centro de la Innovación, la Agroindustria y el Turismo del Servicio Nacional de Aprendizaje SENA.


miércoles, 3 de junio de 2009

Relato sobe el gusto por la gastronomía

Cómo empezó el gusto por la gastronomía en mi vida

Mi madre tenía un estadero llamado la Iberia, ubicado en la autopista Medellín Bogotá km 36, en este se trabajaba los fines de semana, el resto de la semana mi madre le hacía de comer a los trabajadores que estaban construyendo la fabrica de Riotex.

En el estadero se preparaba más que todo “fritos y asados”. Entre las preparaciones se destacaba una deliciosa mazamorra pilada, de la cual yo me preguntaba cómo hacían para dejar el maíz entero sin afrecho; la morcilla era de fama, los chorizos caseros exquisitos, de ellos nos tocaba ayudar a picar la carne de cerdo; sus arepas de chócolo, hechas en hojas de platanera; las arepas de mote donde pelaban el maíz con la ceniza; todo era un encanto, ya que mi madre tenía muy buena sazón. A medida que iban pasando los días fue cogiendo mucha fuerza el estadero, hasta el punto de que llagaba mucha gente de otros lugares a consumir esos alimentos.

A mis hermanas y a mí, nos tocaba colaborar en hacer estas preparaciones. Me fue gustando la cocina y a la vez le cuidaba los niños a mi hermana mayor, donde tuve la oportunidad de empezar a cocinarles. Me sentía la dueña y señora de la cocina donde empecé a experimentar las cosas que había aprendido viendo a mi madre cuando cocinaba; a pesar de mi corta edad, yo sabia hacer muchas preparaciones en la cocina; con mis primos y amigos jugamos a la mamacita y comitivas donde yo era la chef, porque según ellos cocinaba muy bien; cada vez que lo hacía le colocaba mi toquecito mágico, aprendí a hacer todas estas preparaciones que se hacían en el estadero y muchas cosas más; cada vez trataba de hacerlas mejor, cuando veía una revista o un libro que tuviera recetas las leía, luego cuando tenía la posibilidad las preparaba.

Cuando me casé, pude experimentar más el gusto por la cocina, ya que tenía la posibilidad de inventar, crear, combinar olores, sabores y texturas; cuando tuve mis hijos fue mucho mejor, porque se trataba de preparar un menú nutritivo, balanceado, que fuera agradable a la vista para ellos y que pudieran comer de todo en diferentes preparaciones.

Por cosas del destino estoy vinculada a la rama de la belleza, pero siempre pensando en la cocina, a la vez, a mis clientas les vendo algunas preparaciones, etc.; tuve la oportunidad de presentarme al Sena y pasar, en este momento tengo muchas expectativas de poder aprender cada día más y más, para poder lograr mi sueño de tener mi propio negocio una casa de eventos y poderle ayudar a mi familia, principalmente a mis hijos, poder ser mejor y aprender de los demás.

Por: Ruth Martínez Herrera

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