Es un relato muy corto pero así fue que nació mi deseo por la cocina. Desde muy pequeña me ha gustado la cocina y cuando veía a una vecina de mi abuela paterna hacer sus deliciosas arepas, que a todos nos encantaban, decidí tener la habilidad para cocinar como ella.
Con el transcurso de mi vida me encariñe con la cocina y eso me unió mucho a un tío quien cocina muy bien, sus demostraciones gastronómicas aumentaron mi interés y ambición por cocinar mejor; gracias a sus enseñanzas mi habilidad y cariño por la cocina aumentaron, entonces comencé a explorar mezclas y preparaciones que a veces no eran los mejores, tanto, que ni yo me las comía.
Con el tiempo empecé una carrera de administración de empresas turísticas, y en uno de los eventos a los que asistí, me encantaron con la presentación de los platos, “el garnich” pensé y, por supuesto, el sabor, y fue entonces cuando decidí cambiar mi rumbo vocacional hacia la gastronomía.
Por: Jherly G. Aristizabal
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